Retratos históricos
Apropiación de la historia del arte.
A Cindy Sherman la suelen definir como camaleónica. Creo que esto no se ajusta a la realidad. No se disfraza, no se adapta al entorno. Justo al contrario, le da vómitos (incluso en sentido literal, en su serie Disaster, 1985).
Esos que saben de nada pero hablan de todo, dicen de ella que es una payasa. Sí. Y a mucha honra. Las payasadas de la Sherman —agarraros los machos— hablan del aura de Benjamin, de la reproductibilidad de la obra de arte, de la fotografía como alternativa a la pintura y la re-invención de la fotografía como algo subjetivo. Vamos, lo que hace cualquiera cuando sale de carnaval vestido de perro de peluche.
Cyndy Sherman pertenece al llamado apropiacionismo —eso que los que saben de nada y hablan de todo llaman plagio, robo o no tener ni puta idea de arte— de principios de los 80, junto a otros artistas como Robert Longo o Sherrie Levine aunque también se asocia a los artistas que, en los 90, retornaron al cuerpo como modo de expresión en una vertiente, que podríamos llamar, algo así, como de «simulación del trauma», destacando, en esta misma línea, a Kiki Smith, Robert Gober o Mike Kelley.
La serie History Portraits/Old Masters (1988–1990) comenzó por un encargo de la fábrica de porcelanas Royale de Limoges, que le pidió a Sherman el diseño de una vajilla con motivo del 200 aniversario de la Revolución Francesa. ¡Cosas que pasan!
En esta serie no hace réplicas de obras a lo tableau vivant sino que pretende destacar, básicamente, el abismo que se abre entre el modelo histórico y el simulado, es decir entre el ideal y una realidad metamorfoseada, transformada, mutilada y desnaturalizada. Lo suyo es la herstory. Se coloca tetas falsas y se maquilla, como la Esteban, para dar la sensación de que el modelo ha estado posando horas, con un halo de aburrimiento.
Sherman utiliza magistralmente la caricatura para hablar de lo que le interesa: cómo la mujer es vista por la sociedad, sobre todo, a través de los medios de comunicación, el arte, las revistas… qué sucede cuando se envían estos mensaje y las consecuencias de todo esto. Su arte es, esencialmente, un arte posmoderno, esto es, nos alejamos de las posturas extremas, todo es relativo, los medios de comunicación se integran en todos los aspectos de nuestras vidas, se desdibujan los límites de lo público y lo privado, se cuestionan las verdades absolutas y ya no hay, como explica Lyotard, grandes relatos quedándonos con el culo al aire en medio de la nada.