Munch se inspira en el ludópata ruso Dostoievski

Un autorretrato de Courbet.

La seductora bruja de la Odisea ofreciendo una copa.

Un Schiele todavía sin desarrollar pinta a su cuñado.

La modelo mira directamente al artista, con los ojos mágicos de un ídolo del arte primitivo.

Un cuadro tan gay que sólo un amariconado académico francés podría permitirse pintarlo sin levantar sospechas.

Lord Byron dijo de él que «empapaba el pincel en la sangre de los santos…»

El arte como "la manera subjetiva de expresar las emociones".

La abuela del arte americano empezó a pintar a los 70.

¡Escándalo...! ¡La virgen en camisón! ¡Y además pelirroja...!

Exquisita postal de la luz mediterránea.

París visto por el impresionista (injustamente) menos conocido.

Dos desnudos contrastados: la mujer turgente y el hombre arrugado.

Ya se intuyen en su obra neoclásica los ecos del inminente romanticismo.

El tabaco, producto llegado de América que causó furor en la zona.

Bacon se erige como uno de los principales pintores figurativos de la segunda mitad del siglo XX.

Es casi hiperrealismo, aunque el artista deja claro que lo que hace es pintura.

“Todas mis pinturas son resultado de centenares de transmutaciones“.

Van Gogh interpreta a su admirado Millet.

La urbe moderna provoca el desasosiego en Munch.

Ese mismo año estallaría el conflicto que supera en horror a este cuadro premonitorio.

Una cosa siempre está presente en los cuadros de Hopper: el silencio.

Degas era un enamorado del circo y otros espectáculos.

La mujer de Monet posa con un perro en brazos.