Lo tranquilo, lo silencioso, lo cotidiano, lo iluminado...

Bernini consigue el milagro de convertir el mármol en carne.

Ya que mostrar el acto sexual entre humanos no estaba permitido... ¿¿porque no mostrar un poco de zoofilia??

Vermeer retrata al personaje y a su profesión por medio de atributos.

Uno de los tres cuadros donde Vermeer pinta el cielo

Lord Byron dijo de él que «empapaba el pincel en la sangre de los santos…»

Dos desnudos contrastados: la mujer turgente y el hombre arrugado.

El tabaco, producto llegado de América que causó furor en la zona.

El simple acto de beber un vaso de vino sirve de inspiración al pintor barroco.

Un posible autorretrato del artista más pendenciero del barroco italiano.

Con 25 años, Bernini realizó esta escultura a tamaño real.

La música contagia alegría.