La morfina
Santiago Rusiñol
España, 1894No faltaban yonquis en la burguesía de la época.
Santiago Rusiñol
España, 1894No faltaban yonquis en la burguesía de la época.
Gustav Klimt
Austria, 1908Un beso dorado de dos enamorados.
Gustave Moreau
Francia, 1865El rey de Tracia es devorado por estos simpáticos equinos.
Arnold Böcklin
Suíza, 1896El gigante se cabrea.
Arnold Böcklin
Suíza, 1883Simbolismo fúnebre suizo.
Pierre Puvis de Chavannes
Francia, 1883Sueños de amor, gloria y fortuna.
Auguste Rodin
Francia, 1917Rodin tardó 37 años en acabar este conjunto escultórico.
Tivadar Kosztka Csontvary
Hungría, 1903La luz es la protagonista absoluta.
Konstantin Yuon
Rusia, 1921Metáfora de la nueva sociedad soviética.
Konstantin Yuon
Rusia, 1929Yuon nos muestra un futuro utópico.
Vilhelm Hammershøi
Dinamarca, 1900El Vermeer oscuro.
Gustave Moreau
Francia, 1864La esfinge le pregunta a Edipo su famoso acertijo.
Mijail Vrúbel
Rusia, 1890Retrato del ángel caído casi como un héroe trágico.
Eugène Jansson
Suecia, 1907El primer pintor gay de la historia de Suecia, cuando en Suecia era ilegal ser gay.
Gustav Klimt
Austria, 1911Un festival simbolista pensado para medir 14 metros de largo.
Georges Lacombe
Francia, 1894Lacombe intentó imitar siempre la magia de las estampas japonesas.
Odilon Redon
Francia, 1881Una araña se ríe maliciosamente en este cuadro-pesadilla.
Paul Gauguin
Francia, 1891La obra es también conocida como "El despertar de la primavera".
Camille Claudel
Francia, 1905Con la excusa de la mitología romana, la genial artista representa al amor como un engaño.
Franz Stuck
Alemania, 1887Cupido en el baile de disfraces observa a la próxima víctima de sus flechas.
Ferdinand Hodler
Suíza, 1909Hodler nos muestra un rítmico cuadro de soldados preparándose para la guerra.
Franz Stuck
Alemania, 1910El simbolista alemán ilustra el concepto de disonancia a la perfección.
Camille Claudel
Francia, 1897La artista siempre quedó a la sombra de su mentor y amante Rodin. Quizás la ola simbolice esa amenazante presencia, que al final acabó engulléndola.
Auguste Rodin
Francia, 1882El escultor francés sirve de puente entre la escultura tradicional y la moderna.