El ritmo de una máquina.

Tan moderna que ni los cubistas ni los futuristas la aceptaron.

Maneras de derramar silencio.

El placer de la pincelada azul en horizontal.

Mujer fatal, siempre con problemas...

El costumbrismo en una pesadilla.

La mujer en el Japón del tardío siglo XVIII.

Uno de los cuadros que salvaría del Prado.

El horror puro reflejado en esa cara atrae a los vándalos.

Homenaje a los maestros asesinados por el fascismo español.

Muchos huevos le puso a esta obra della Francesca.

La obra más conocida de Magritte.

¿Hay algo más digno de pintarse que unos viejos zapatos gastados?

Una de las joyas menos conocidas del Louvre.

La escultura que convierte al mundo en una obra de arte.

El Lautrec más social.

El icono de Río de Janeiro considerado una de las siete maravillas del Mundo Moderno.

Un paisaje a acuarela del expresionista.

Mark queda perfectamente retratado, pelo a pelo, poro a poro.

Los románicos no pintaban en favor del realismo precisamente.

Despuntes hipersensibles.

Los bares fueron viveros para la cultura moderna.

Otro ejemplo de la obsesión del pintor por las velas.

El pintor de las habitaciones vacías.