Un estudio del cielo del artista que odiaba pintar al aire libre.

Goya denuncia la ignorancia enquistada en su país, y de paso deja volar su imaginación.

Sylvette, la joven que inspiró a Picasso a mediados de los años 50.

A finales de los años 20, Max Ernst pinta su serie de bosques.

El precursor del surrealismo se hace (sólo por un momento) un pelín cubista.

El plátano de Warhol es ya un icono del arte y la música.

El gurú del arte moderno explica a una liebre muerta que es eso del arte moderno.

“Un perro andaluz” se hizo con 25.000 pesetas que les prestó la madre de Buñuel.

Este objeto es uno de los iconos de surrealismo.

La artista siempre quedó a la sombra de su mentor y amante Rodin. Quizás la ola simbolice esa amenazante presencia, que al final acabó engulléndola.

Pacific es una de las pinturas más famosas del artista canadiense.

El escultor francés sirve de puente entre la escultura tradicional y la moderna.

Una de las obras más influyentes de la última época de Duchamp.

Una denuncia de Artemisia Gentileschi al acoso sexual.

«Rellenar el espacio de modo hermoso. Eso es lo que el arte significa para mí»

El Miguel Ángel pre-adolescente.

Mondrian empieza a tontear con la abstracción.

Sorolla retrata con estilo velazquiano a su amigo fotógrafo danés.

Para Man Ray, la vida (y por tanto el arte) eran un juego.

Margaret Tatcher ya nos habló de "ese artista horrible que pinta asquerosos trozos de carne”.

El amor (o el desamor), visto por Man Ray.

Versión Pop del icono de Van Gogh.

Rafael realizó esta obra para la Capilla Sixtina, sabiendo que rivalizaría con su "enemigo" Miguel Ángel.

Un poco relajado en el balneario, Munch se permite ser algo optimista y con estos hombres bañándose muestra el ambiente en los Spas de principios del siglo XX.